Las generaciones más jóvenes están demostrando ser ciudadanos vocales que tienen un impacto en la política estadunidense.
Los jóvenes están haciendo oír sus voces, ya sea como líderes de la “Marcha por Nuestras Vidas” (March for Our Lives) o participando en otros movimientos como la “Marcha de las Mujeres” (Women’s March), o en un sinnúmero de grupos sobre cambio climático. Los orígenes de este activismo están presentes en nuestro entorno. Podemos ver y sentir, directamente, las consecuencias del cambio climático gracias a huracanes más intensos, veranos más calurosos e inviernos más fríos.
La “Marcha de las Mujeres” es un reflejo de los esfuerzos más recientes a favor de la equidad, de mayores oportunidades y de seguridad para las mujeres. La violencia armada, además, es un tema muy sensible para esta nueva generación de electores: el número casi interminable de tiroteos; los cierres de emergencia en campus y simulacros obligatorios de “tiradores activos”, hacen que el debate de políticas sobre el uso de armas resulte ineludible.
En medio de estos temas críticos, las armas nucleares continúan figurando en los titulares de los diarios, pero por lo general no logran llegar al público menor de 40 años. De hecho, el silencio entre los jóvenes estadunidenses sobre los temas nucleares es ensordecedor. Si esto continúa, la falta de conciencia y compromiso tendrá consecuencias políticas importantes.
Es innegable que la política en materia de armas nucleares es compleja y confusa. Algunos incluso podrían llamarla intimidante. Al ser un tema complejo, no suele estar permitida la participación de los que no son expertos. Pero a pesar de la inaccesibilidad de la política nuclear, y hasta quizás por ello, la guerra nuclear sigue siendo como una de las amenazas globales más importantes, si no la más importante.
Manifestantes participan en un mitin, afuera de la Corte Suprema de los Estados Unidos, convocado por el grupo “Our Children’s Trust” Washington DC, 29 de octubre de 2018. El grupo se manifestó a favor del caso Juliana vs Estados Unidos, en representación de 21 jóvenes demandantes, el cual argumenta que el gobierno de los Estados Unidos ha violado los derechos constitucionales, por más de 50 años, al contribuir al cambio climático.
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Cientos de estudiantes de una escuela secundaria de la ciudad de Nueva York abandonan sus clases para unirse a una protesta contra las políticas migratorias del presidente Donald Trump. Nueva York, 7 de febrero de 2017. Cientos de estudiantes entonando consignas y cargando pancartas se reunieron en una plaza del bajo Manhattan para condenar al nuevo presidente, sumándose así a otros miles a lo largo del país que desaprueban muchas de las políticas de Trump.
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Estudiantes activistas se tiran al suelo simulando su muerte para protestar contra la violencia armada en el Washington Square Park, cerca del campus de la Universidad de Nueva York. Nueva York, 20 de abril de 2018. En el aniversario de la masacre de la escuela secundaria de Columbine de 1999, estudiantes activistas a lo largo del país abandonaron sus clases para exigir reformas a las leyes sobre armas.
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Adolescentes protestan contra las leyes sobre armas durante el mitin estudiantil “Marcha por Nuestras Vidas” en Los Ángeles, California; 24 de marzo de 2018. Incitados por una masacre en una escuela secundaria de Florida, se espera que el sábado cientos de miles de estadunidenses tomen las calles de ciudades, a lo largo del país, en lo que se considera la protesta más grande, a favor del control de armas, que se haya registrado en el transcurso de una generación.
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Las armas nucleares y el cambio climático se consideran a menudo los más grandes retos a la seguridad internacional. Sin embargo, a diferencia del cambio climático, que ha atraído la atención e inspirado importantes campañas nacionales de acción, las generaciones mas jóvenes de electores permanecen indiferentes a la existencia del arsenal nuclear estadunidense y a los millones de dólares que se gastan en mantenerlo. El cambio climático es un serio problema que debe abordarse. Un informe reciente ha resaltado las devastadoras consecuencias si no se hace nada antes de que termine este siglo. Sin embargo, tan solo la detonación de 100 armas nucleares de 15 kilotones –de un arsenal global de casi 15 mil armas nucleares– es suficiente para crear un “Invierno Nuclear” y hacer de la Tierra un lugar inhabitable.
Entonces, ¿que pueden hacer los jóvenes, como tú, para involucrarse en el tema?
Paso 1. Infórmate.
La política nuclear se enseña como una reliquia de la Guerra Fría y no como un tema de política contemporánea, si es que siquiera se enseña en escuelas secundarias o universidades. Por suerte, existen muchas otras opciones para informarse sobre políticas nucleares pasadas, presentes y futuras. Recursos en línea; transmisiones en vivo de seminarios abiertos al público y discusiones en un sinnúmero de think tanks; fichas técnicas de varias organizaciones especializadas; información sobre iniciativas en escuelas como el proyecto educativo “Nuclear Weapons 101” enfocado a sitios relacionados con el “Proyecto Manhattan”; y “Girl Security”, que forma a jóvenes mujeres interesadas en temas de seguridad nacional. El punto es que no necesitas convertirte en un experto en política nuclear para estar consciente o apasionarte por los temas políticos nucleares.
Las autoras, Erin Connolly y la Dra. Sara Kutchesfahani, hablan sobre armas nucleares en una clase de escuela superior. Centro para el Control de Armas y No-Proliferación.
Center for Arms Control and Non-Proliferation
Paso 2. Participa en otras iniciativas activistas.
La guerra nuclear, como el cambio climático, podría causar efectos devastadores en el medio ambiente. Los grupos comprometidos con la protección del planeta y la gente que lo habita deben unir fuerzas. Organizaciones como “Beyond the Bomb” cuentan con una red a través del país para educar a la ciudadanía e involucrarse en legislación nacional entorno a las armas nucleares. Los grupos ambientalistas locales son un testimonio del hecho de que no es necesario estar en Washington D.C para influir en política. Juntos, activistas nucleares y ambientalistas pueden cambiar radicalmente el statu quo de la política nuclear.
Paso 3. Comienza a discutir el tema… y no te detengas.
No hay duda de que los jóvenes pueden generar un cambio, incluso en un problema tan peligroso como la guerra nuclear. Ya es hora de que los “Millennials” y la “Generación Z” sumen sus voces a este debate tan importante.
Pregúntales a tus representantes qué es lo que están haciendo sobre los riesgos nucleares. Pregúntales si están trabajando para preservar los tratados internacionales y mejorar la seguridad. Pregúntales a tus padres y maestros qué opinan de estos temas.
Pregúntales a los políticos cuál es su posición.
El solo hecho de preguntar genera una mayor atención al tema. Tus representantes no sabrán lo que es importante, a menos que tú se lo digas.
Está bien no tener todas las respuestas.
Existen muchos recursos disponibles que te ayudarán a navegar a través del laberinto nuclear.
El gobierno estadunidense planea gastar $1.2 trillones de dólares en los próximos 30 años para cubrir el costo de renovar y optimizar la totalidad de su arsenal nuclear, sin tomar en cuenta lo que es realmente prioritario. Esta pesada carga financiera va a reducir el presupuesto para invertir en otras cosas que necesita el ejército y que afectan las misiones que se llevan a cabo actualmente y que no tienen nada que ver con armas nucleares. Considera los cambios que nuestro país y el planeta podrían ver si una pequeña fracción de esos dólares se destinaran a reducir la deuda estudiantil o a confrontar el cambio climático, financiar los servicios de salud y el control de armamento. Y ahora ¿te sientes inspirado a involucrarte?